Cuando la ves quedás atrapado por el tamaño de sus hojas. Siguiendo el caudal de los ríos y arroyos, enorme, se abre camino en el amarillo de la estepa patagónica. Si te acercás un poco más descubrís que esconde un secreto: la extraña flor inflorecente, ergida se impone, con un verde fluo y miles de pintitas anaranjadas que resguradan su interior.
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