Ellas

Verano

Bajando las escaleras de un descolorido bar al aire libre, se sienta a esperar. Su barco está por partir. Pide un café. Se lo traen enseguida. Sobre la mesada de azulejos brillantes está la azucarera de vidrio con tapa verde. Piensa que hace mucho calor para tomar el café. Con cierto pudor le pregunta a la moza si se lo puede cambiar por un jugo de tamarindo ese de la cena de ayer que, a pesar de su desagradable color marrón, le había resultado un sabor interesante. La mujer la mira desconcertada y sin decir ni una palabra camina hacia la cocina con el café en la mano. Pasan unos segundos. Ella vuelve a exclamar que prefiere cambiarlo por jugo de maracuyá que es más refrescante. La moza no contesta. La ansiedad por el viaje la pone muy nerviosa, es la primera vez que se sube a un barco y no puede dejar de pensar en eso. De su bolsillo trasero saca un paquete de malboro box y enciende un cigarrillo. El señor que está sentado al otro lado de la mesada de azulejos brillantes la mira de una manera extraña. Ella no entiende lo que sucede, aunque percibe que no es nada bueno. Mientras su cigarrillo se consume observa que la moza está demorando demasiado y su barco está por partir. Levanta su brazo y lo agita para llamarla por cuarta vez, pero ella no responde. Con enojo piensa que se ha olvidado de su pedido. Todos la miran con desconfianza y nadie dice nada. Suena el silbato, es el último llamado. Si lo pierde deberá pasar la noche ahí porque no hay barco hasta el otro día. Decide marcharse. Se levanta y tira la colilla del cigarrillo al piso. Su cabeza se choca con el cartel que cuelga en la columna celeste que está a su lado. GRACIAS POR NO FUMAR dice la leyenda, pero ella no la ve. Sube las escaleras. El calor es insoportable arriba. Quisiera haberse tomado ese jugo refrescante antes de partir.

...


Son las ocho de la mañana y el sol está brillando. La cabaña no tiene cortinas oscuras ni persianas. El calor es insoportable y el día recién empieza. Evidentemente dormir hasta tarde no es una opción ni siquiera en vacaciones. Abre los ojos y mira las palmeras dibujadas en el techo color turquesa. Su amiga está en la cama de al lado, pero sigue durmiendo. Se levanta. La despierta. Se prepara para desayunar. Su amiga entra al baño. Ella prende la tele.
Lo que voy a mostrarles cambiará su forma de ejercitar para siempre. Es muy fácil obtendrán resultados increíbles, es más comenzarán a cambiar su cuerpo ni bien comiencen a usarlo, y lo mejor, es divertido!.          ¿Qué me dices de obtener los mismos resultados que hacer cuatrocientos abdominales sin hacer nada?          Jennifer, mientras estoy aquí contigo estoy trabajando mis abdominales   Tienes toda la razón, yo no hago nada pero el Abtronic X2 sí…

— Che, estoy re colorada de ayer, me duelen los hombros. Ese aceite bronceador que me diste te deja brillante pero te fríe al sol. Hoy me pongo protector 60 sino me voy a llenar de ampollas. Y la cara! seguro que mañana estoy toda pelada. ¿Me estás escuchando?
— Nosotras necesitaríamos uno de esos.
— ¿Qué? ¿De qué me estás hablando?
— Uno de esos Abtronic X2.
— ¿Eh?
— Vení, mirá.
Jennifer esta es la forma más novedosa de tonificar y esculpir tus abdominales para que sean planos, firmes y duros como una roca…
— No me digas que le crees. Es un verso eso, es todo mentira.
— Te parece. Estaría bueno quedar como una tabla sin hacer nada ¿no?
— Che, que no estamos tan mal. Yo me pongo la bikini igual
— A mí me vendrían bien unos abdominales. Mirá acá, este rollito que me sale del costado. Y acá, la panza esta que no se me va.

El es Mat y está usando el Abtronic X2. Es un cinturón de canal dual y es el único que tiene almohadillas conductoras adelante y también atrás            Mat por favor da la vuelta 

— Está bueno Mat, ¿no?
— Sí, pero no creo que esté así por el Abtronic. Tiene horas de gimnasio encima. ¿Te acordás cuando ibamos a las clases de aeróbic con Gustavo? Yo no pegaba una, todas iban para allá y yo para el otro lado.
— Si, me acuerdo.
— Cuando hacíamos abdominales me moría.
— Ocho más.
— Cómo sufría cuando escuchaba ocho más. Es una especie de tortura psicológica el ocho más ¿no?
— Después empezaba a contar para atrás, cuatro, tres, dos, uno. Que odioso, una traspirando como loca y él ahí parado, mirándote sufrir.
— Era un fuego intenso en la panza que cuando terminabas sentías que nunca más ibas a poder levantarte de esa colchoneta.

Mientras escuchan la propaganda se sientan a comer todo lo que sirvieron en la mesa: café con leche descremada, tostadas de pan integral light, mermelada light, jugo de frutas. En sólo cuatro semanas reduje dos talles, perdí diez centímetros de mi cintura. Antes del Abtronic jamás habría salido a la calle usando algo como esto. Reduje tres talles de pantalón            Incluso la NASA confió en él  para mantener a los astronautas en forma...
— Ves, si nos compramos el Abtronic podemos dejar de comer todo esto light. Total después te internás unas dos horitas con eso en la cintura y quemás todo lo que te comiste.
— No estaría mal un poco de dulce de leche o unas medialunas.

Todo lo que debes hacer es encender el microprocesador y el Abtronic X2 envía suaves impulsos eléctricos al músculo haciendo que se contraiga, ni siquiera debes pensarlo…

— Mirá si funciona mal y quedás electrocutada con ese aparato en la cintura.
— No seas exagerada, es como cuando te pasa corriente un enchufe, ni lo sentís.
— Igual para mi eso es una mentira, y nosotras lo estamos mirando, que tontas. Yo tenía un amigo que se estaba quedando pelado y se compró un casco que funcionaba parecido a esto. Te lo ponías en la cabeza y vibraba. Decían que los impulsos eléctricos hacían que el bulbo se activara o algo así.
— ¿Le funcionó?
— No! Optó por pelarse del todo. Ahora se pasa la maquinita de afeitar por la cabeza.

Las dos se ríen a carcajadas un buen rato. La tele sigue prendida. Llevará el Abtronic X2 con tecnología de canal dual    (…) para trabajar sus áreas problemáticas. También llevará instrucciones completas, guía de inicio rápido y nuestro plan de alimentación. Además incluiremos nuestro gel conductor para    (…) obtener mejores resultados. Pagará menos de lo que cuesta un tratamiento en un spa. Obtenga el legítimo Abtronic X2 llamando ahora mismo al teléfono en pantalla    (…) Sprayette satisfacción garantizada o le devolvemos su dinero…
Levantan la mesa, se ponen sus bikinis y arman el bolso para la playa: toalla, ojotas, lona, aceite bronceador, gorro, lentes, libro, billetera. También preparan una canasta con algunos alimentos y el mate. En el estacionamiento está el auto que alquilaron por unos días. Mientras su amiga cierra la puerta ella acomoda las cosas y enciende la radio. El locutor anuncia que el día será soleado, sin nubes, con treinta y pico de grados de calor. Pegadito empieza una canción que conoce y se pone a cantar.
— Estoy lista.
— ¿Trajiste todo? ¿Tus documentos?
— Si está todo. ¿A dónde vamos?
— A Manuel Antonio, es una playa cerquita que está dentro del Parque Nacional. Dicen que es una playa gay, puede ser divertido ¿no?
— ¿Te parece? No vamos a levantar nada ahí.
— Seguro que la mitad no es gay y van a chusmear como nosotras. Además los gay son muy divertidos. Te conté que tenía un amigo que vivía en Barcelona…
Comienzan el viaje. Son setenta kilómetros por una ruta interna. En la radio suena Carlos Vives tú tienes la llave de mi corazón, yo te quiero…


...

 
Hacía un rato que estaban sentadas en la playa, era un día de esos en los que el sol te traspasa la piel. Alma había decidido meterse al agua porque no soportaba tanto calor sobre su cabeza. El mar estaba tibio para quedarse ahí por horas. Los cardúmenes pasaban por su lado. Era el lugar perfecto para nadar.
A Dafne en cambio no le gustaba mojarse porque odiaba como quedaba su pelo al secarse, debía ser por el agua salada. Ella prefería seguir al sol con su sombrero de ala ancha, una especie de capelina que le cubría la cara y parte de los hombros. Para ser una playa tan popular no había mucha gente alrededor. Sólo una pareja de chicas que recién llegaban. Ellas se acomodaron en sus reposeras amarillas y comenzaron a quitarse la ropa. Sus bikinis eran extremadamente pequeñas y en un momento las dos quedaron en topless. Dafne se dio vuelta bruscamente y comenzó a reír de los nervios. No sabía que hacer, la situación era un poco intimidante y ella moría de ganas por darse vuelta y mirarlas pero temía que se dieran cuenta. Siempre había soñado con hacer topless en una playa del caribe sin ningún prejuicio, sentirse una mujer libre a la que no le importaba el que dirán, quizás ésta era la oportunidad. Con cierto pudor desató las tiritas del corpiño y lo dejó en un costado. Se recostó sobre la lona floreada y cerró los ojos por un instante. Una sonrisa se dibujó en sus labios, ese momento era todo lo que necesitaba para ser feliz.
Caminando desde la orilla Alma iba viendo la desnudez de su amiga. Se acercó despacio para que no la escuchara y la mojó un poco con el agua que escurría por su pelo. Dafne dio un salto asustada y rápidamente se cubrió el pecho con las manos. Una carcajada las invadió. Alma siguió sus pasos, se quitó el corpiño, se recostó junto a ella en su lona rayada y cerró los ojos.


...

Una sombra las cubría pero ninguna de las dos atinó a abrir los ojos para ver de qué se trataba.
        Hi! Excuse me.

Dafne abrió los ojos y lo vio. La voz masculina venía de un muchacho que estaba parado con su amigo justo enfrente de ellas y miraba atentamente. Un fuego interno le comenzó a correr por el cuerpo y la cara se le puso roja. Cómo hacer para superar esta situación.
        Hola –le contestó desde el piso mientras intentaba encontrar algo con que taparse.

        Hello! Do you know where´s de party?
        ¡Eh! No... No hablo inglés.
        Party, fi-es-ta.
        Ah! ¿Una fiesta?
        Yes, sí    ¿sabes?
        ¿Si sé qué?
        ¿Dónde    fiesta?
        ¡Ah!       No ni idea.
        It´s in Coconut, a bar on the beach, but we can´t find it.
        ¡No en-tien-do! –le trataba de explicar al chico que insistía en hablarle en su idioma. La vergüenza de encontrarse semidesnuda frente a la atenta mirada del sexo opuesto la ponía muy nerviosa y no podía pensar con claridad. Sentada en la lona floreada movía uno de sus brazos para todos lados buscando la remera mientras intentaba cubrirse con el otro.

        Oh! yes, ok    mmm... a B-a-r – deletreaba el chico mientras acompañaba con un ademán su esforzada comunicación.

Alma observaba desde el piso la situación y decidió intervenir. Ella también estaba un poco avergonzada pero tomó coraje y se levantó sin ningún tapujo. Se puso al lado del chico y le señaló en dirección al estacionamiento

        You have to walk on that way two o three blocks – le dijo en un inglés bastante fluído.
        Oh! Thank you. You speak English!
        A little.
        You go to the party?
        I don´t know, perhaps later.
        Ok, see you, thanks again.

Dafne, que había logrado vestirse un poco mientras su amiga conversaba, la miraba asombrada por la soltura con que había manejado la conversación, teniendo en cuenta que estaba semidesnuda como ella. Alma se volvió a sentar en su lona y se quedó mirando fijo el mar.
        ¿Hacemos un mate? –Y comenzó a reír. 


...

Él, redondo pero estable, recubierto de “cuero argentino”, con unas incipientes patitas que lo ayudan a sostenerse parado, es capaz de contener los más grandes secretos. En su interior, reposando sobre la calabaza curtida, descansan las hojas de una planta ancestral cuya preparación es un arte que no todos conocen. Ellas lo sacan del bolso ya que, a pesar del calor, es una infusión indispensable para la playa. Sacuden las yerbas y se disponen a cebar. Al cabo de cinco minutos las chicas que estaban sentadas a su alrededor tomando el sol del mediodía se acercan y tímidamente  preguntan ¿es té?, ¿qué sabor tiene?, pero ¿es una droga?...  Sorprendidas y halagadas a la vez por tener tanto público interesado Dafne y Alma comienzan a relatar las virtudes de este brebaje.

...